Próspera Muñoz no recordó hasta 1979 que había vivido experiencias inexplicables y que había sido visitada por seres presumiblemente extraterrestres, a los que ella define como raros, bajitos, uniformados de blanco y con unos ojos enormes. Dos de éstos descendieron de un coche plateado y resplandeciente, que se acercó sin ruido por entre las viñas de su casa de Murcia cuando ella estaba en compañía de su hermana Anita. Entonces tenía sólo siete u ocho años.
Hoy, Próspera Muñoz tiene 44 años y trabaja de auxiliar de telefonista en una central gerundense. Su aspecto es sencillo y apacible, parece inteligente y el relato de sus experiencias, obtenido en ocasiones por medio de la hipnosis, suscita gran credibilidad. La primera vez que su caso salió a la luz fue el pasado mes de diciembre, en el Congreso Internacional de UfoloIgía de Rosario (Argentina), donde lo expuso el investigador catalán Antonio Rivera.Rivera fue precisamente el motivo de que Próspera Muñoz saliera de su amnesia. Hace cuatro años, la testigo estaba leyendo El gran enigma de los platillos volantes, escrito por el citado investigador, cuando le vinieron a su mente, a retazos, los hechos que había vivido.
No recuerda bien Próspera si fue en una mañana calurosa de 1946 o bien de 1947 cuando, estando únicamente en compañía de su hermana Anita, algo mayor que ella, se acercaron por primera vez a la casita de campo de Jumilla (Murcia) dos de aquellos seres. Ya entonces fue informada -y, según dice, con complacencia por su parte- del papel que le iba a tocar representar en aquella increíble relación, en la que viviría experimentos diversos.
Ese mismo día volvieron a visitarla sus nuevos amigos cuando se encontraba también con Anita, y en la noche siguiente, tras despertarse alterada, Próspera accedió a acompañar a sus visitantes, junto a su aterrorizado mastín, por espacio de unas horas, para hacer el prometido viaje por todo el mundo.
Ya en la nave, que ella recuerda como “un chalé de dos plantas”, su estupor iría en aumento a la vista del panorama tecnológico y de los extraños seres que lo manejaban. Allí, en una especie de mesa camilla, medio desmayada, los que ella califica de humanoides, que tenían sólo cuatro dedos en las manos, le inspeccionaron la vagina y no recuerda si también la cabeza. Allí también, en una especie de pantalla o computadora, se vio filmada junto a su hermana, “rodeadas cada una de una aureola muy brillante, azulada, de 40 o 50 centímetros, que, sin embargo, no tenían el perro ni la burra que estaban junto a nosotras”.
Después vendrían más encuentros cercanos con seres que ella re cuerda, en general, feos, raudos y envueltos en uniformes o en gabardinas con los cuellos en alto. Uno de esos encuentros tuvo lugar en el bar de su padre, en Jumilla, allá por 1954; otro, en la playa de San Jutan, en Alicante, entre 1959 y 1960; después, en la centralita telefónica de esta misma ciudad, durante 1971, y el último tuvo lugar el año pasado, en la centralita de Gerona en la que actualmente trabaja.
Dicen algunos especialistas que, muy probablemente, la amnesia que ha sufrido por espacio de unos 33 años haya estado motivada por los propios seres que la visitaron, que conocen y dominan mucho más que los propios humanos los mecanismos de la mente, como la hipnosis y la telepatía. El fenómeno experimentado por Próspera Muñoz es conocido por los expertos como abducción, término que, según el diccionario, se aplica a un “movimiento por el cual un miembro u otro órgano se aleja del plano medio que divide imaginariamente el cuerpo en dos partes simétricas”.
Ahora, la secuestrada es objeto de todo tipo de averiguaciones por los más prestigiosos investigadores de este fenómeno, como lo demuestra su comparecencia en el Congreso Nacional de Ufología, recientemente clausurado en Ciudad Real, donde explicó ella misma sus vivencias. Los estudiosos del fenómeno ovni consideran de extraordinario interés la experiencia de Próspera Muñoz. Fuente
Descubre más desde Comunidad Ufológica
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.