Basta realizar el apacible paseo hasta el lugar común para advertir que el derecho siempre va por detrás de la sociedad. Hay, sin embargo, algunas excepciones. Los japoneses, por ejemplo, quieren estar preparados el día que los extraterrestres hagan acto de presencia, empezando por saber cómo reaccionar. A principios de este mes, el Ministerio de Defensa del país nipón anunció estar desarrollando un protocolo que guíe la actuación de las fuerzas armadas ante un hipotético encuentro con objetos voladores no identificados.
Este proyecto ha sido motivado por la aparición de tres vídeos que muestran supuestos avistamientos, publicados por el Departamento de Defensa de Estados Unidos a finales de abril. Las imágenes, grabadas en 2004 y 2015, recogen el ágil vuelo a gran velocidad de varios objetos de forma elíptica y la reacción de sorpresa de los militares norteamericanos. “Dios mío, están yendo contra un viento de 120 nudos [222 kilómetros por hora]”. El Pentágono decidió divulgarlos después de que estos circularan en redes sociales, para “aclarar cualquier malentendido con respecto a si el material es real”. Según el comunicado, dichos “fenómenos” siguen catalogados como “sin identificar”.
“Ya que el Departamento de Defensa ha sacado a la luz esos vídeos, me gustaría escuchar el análisis de Estados Unidos al respecto”, declaró el ministro de Defensa japonés, Taro Kono, durante su rueda de prensa. El mandatario explicó que el propósito de este nuevo protocolo es establecer líneas de actuación para responder, grabar y reportar en caso de aparición de un ovni, aunque aseguró que los pilotos japoneses no han sido testigos de ningún suceso sospechoso hasta la fecha. “Para ser sincero, yo no creo en ovnis”, añadió Kono.
Otros responsables políticos, no obstante, se han mostrado menos escépticos en el pasado. A raíz de la petición de un legislador de la oposición de investigar “los frecuentes avistamientos”, quien fuera secretario jefe del Gabinete, el difunto Nobutaka Machimura, mantuvo un encuentro con periodistas en 2007 en el que manifestó “creer firmemente en su existencia”, ante la hilaridad de los presentes.
El protocolo actual establece que, en caso de que un objeto volador se disponga a acceder al espacio aéreo japonés sin autorización, cazas de combate de la Fuerza Aérea de Autodefensa (FAA) serán movilizados desde alguna de las siete bases del organismo repartidas por el territorio nacional. Estos se dirigirán a la nave en inglés en primera instancia, para a continuación pasar al idioma del país una vez determinada su procedencia. En caso de que no modifique su rumbo, los cazas de la FAA están autorizados a realizar disparos de advertencia o llevar a cabo un aterrizaje forzoso.
Aunque no está claro, por supuesto, que este procedimiento sea efectivo contra un ovni. Es posible que el objeto volador no sea detectado por el radar en tierra firme, sino que sea divisado por cazas de la FAA en misiones de vigilancia o entrenamiento. “Si aparece un ovni, el entrenamiento será cancelado de inmediato”, adelantó una fuente de la FAA al diario The Japan Times. “Intentaremos identificarlo desde una distancia segura, teniendo en cuenta la posibilidad de que sea un dron, informaremos al Centro de Dirección de la Defensa Aérea y nos mantendremos a la espera de órdenes”, detalló. De este modo, las fuerzas armadas de Japón estarán preparadas para hacer frente incluso a cosas que quizá no existan.