Estados Unidos ha registrado un total de 757 avistamientos de fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés) en tan solo un año, según el último informe presentado por el Pentágono. Estos reportes, que abarcan desde mayo de 2023 hasta junio de 2024, incluyen tanto nuevos incidentes como casos no documentados previamente, lo que refleja un aumento significativo en la recopilación de datos y análisis de este tipo de fenómenos.

Conviene recordar que, a mediados del mes de enero de 2021, la CIA desclasificó cientos de documentos sobre avistamientos ovni. Lo mismo hizo la NASA durante septiembre de 2023, lo que sin duda ayudó a resolver algunos misterios respecto a este fenómeno. Del mismo modo, todo ello también se ha traducido en un mayor interés si cabe sobre este tema a nivel mundial.

En total, la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) ha logrado resolver 118 casos: un 70% correspondía a globos, un 16% a drones y el restante 14 % a satélites y aves. Sin embargo, el resto de avistamientos siguen sin tener una explicación clara, lo que ha generado interés tanto en la comunidad científica como en la población general. El incidente más destacado fue el de un avión comercial, que al parecer estuvo cerca de colisionar con un objeto no identificado frente a las costas de Nueva York.

Sin evidencias extraterrestres

El informe subraya que no se ha encontrado ninguna prueba que indique la presencia de actividad, tecnología o seres extraterrestres. En unas declaraciones recogidas por el medio CNN, Jon Kosloski, director de la AARO, indica que el aumento en los reportes no necesariamente implica un incremento en los fenómenos, sino que podría atribuirse a sistemas de detección más avanzados y a una mayor concienciación pública: "definitivamente hay anomalías, pero no hemos podido vincularlas con lo extraterrestre", afirmó.

De los avistamientos registrados, 708 ocurrieron en el espacio aéreo, 49 en el espacio exterior y ninguno en el ámbito submarino. Además, los incidentes no apuntan a actividades vinculadas con potencias extranjeras ni a desarrollos tecnológicos avanzados. A pesar de ello, 21 casos presentan características que requieren un análisis más exhaustivo debido a su complejidad y falta de datos suficientes. Respecto a ellos, Kosloski aseguró que eran “casos muy interesantes que yo, a pesar de mi formación en física e ingeniería y al tiempo que he pasado en inteligencia, no entiendo”.

Este tema ha captado la atención del Congreso de Estados Unidos, donde legisladores han solicitado mayor transparencia sobre los fenómenos aéreos no identificados. En paralelo, la NASA ha creado un departamento específico para analizar las anomalías en los cielos, destacando la importancia de abordar estos eventos desde un enfoque científico y con acceso público a los hallazgos.

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